La incidencia del combustible en los costos de operación es cada vez más elevada. A grandes rasgos, representa la tercera parte de los gastos de las empresas de transporte, con algunas diferencias de acuerdo con la aplicación y los modelos de vehículo. Por eso, reducir el consumo de gasoil, aunque más no sea en un porcentaje pequeño, puede incrementar la rentabilidad en algunos miles de pesos por mes.
Una conducción eficiente y adaptada a la tecnología de los motores actuales requiere práctica pero no es inalcanzable. Hay transportistas, incluso, que dan un premio económico a los empleados que logran bajar el consumo de combustible. De esa manera, el ahorro (que, muchas veces, se traduce en un tiempo algo mayor de los viajes debido a una velocidad crucero más lenta) resulta en una ganancia para todas las partes implicadas.
Desde TiempoTrucks te ofrecemos diez tips que optimizan el rendimiento de los vehículos. Si te resultan útiles, con lo que ahorres podés invitar a comer a la redacción de este portal.
1) Acelerá de forma progresiva.
Los aumentos repentinos de velocidad son uno de los peores enemigos de un consumo de combustible contenido. Pisá el acelerador de manera suave y verás cómo se incrementa la autonomía. Si tu camión está equipado con computadora de a bordo podés chequear, en tiempo real, la diferencia.
2) Mantené una velocidad constante.
Acelerar provoca más consumo. Si se evitan los aumentos de velocidad y las frenadas continuas, también se ahorra en pastillas y tambores de freno.
3) Anticipá las maniobras.
Si hay un camión adelante, si el semáforo se puso en rojo o si tenés que salir de la autopista en la bajada siguiente, no esperes a último momento para frenar. Por el contrario, sacá el pie del acelerador con tiempo y, sin desengranar el cambio, dejá que el camión reduzca la velocidad por sí mismo. Cuando el vehículo avanza sin pisar el acelerador, el consumo de combustible es nulo o casi nulo. Si es necesario, bajá un cambio. Eso también alarga la vida útil de los frenos.
4) Acelerá en las bajadas y soltá en las cuestas.
En subida, el motor necesita más potencia para mantener velocidad y, por eso, consume más combustible. Si vas en una ruta ondulada, dejá de acelerar un poco antes de llegar a la cima de una loma para que la unidad siga su curso con el envión. Por el contrario, antes de llegar al final de un descenso acelerá más para usufructuar la velocidad en el siguiente ascenso.
5) Presión de los neumáticos.
Un neumático inflado tres libras por debajo de su presión correcta aumenta el consumo de combustible un 10%. Controlá la presión y el estado de las cubiertas de manera periódica, tanto del camión como del remolque.
6) Mantenimiento preventivo.
Efectuá un mantenimiento periódico con regularidad. Los filtros sucios y los ejes de las ruedas desalineados, entre otros aspectos, también incrementan el consumo. A su vez, reducen la vida útil de varias piezas vitales.
7) Motor relajado.
No viajes con el motor “enroscado en vueltas”. Si vas a una velocidad constante, subí un cambio –sin modificar la velocidad- para que el propulsor vaya más relajado y, por ende, gaste menos. En la actualidad, la curva de torque de los motores alcanza su pico a partir de 1.000 rpm, o un poco más según el modelo y la marca del camión. Por eso, no es necesario pisar más el acelerador para tener más fuerza disponible.
8) Distribuí la carga de forma correcta.
Un remolque o carrocería desbalanceado incrementa la resistencia a la rodadura y los tironeos. Y eso se traduce en más gasoil.
9) Deflectores.
Los deflectores de cabina son muy útiles para reducir las turbulencias que se generan entre el camión y la carrocería o el remolque. Son muy importantes, sobre todo, con viento frontal. Por su parte, los deflectores ubicados entre los ejes de las ruedas mejoran la aerodinámica en esas zonas para varias aplicaciones.
10) La ley primera.
Existe una regla básica: más velocidad es igual a más consumo. Si querés ahorrar, andá más despacio. Numerosas empresas han disminuido sus costos en gran medida después de limitar la velocidad de sus unidades. En ruta, circulá a una máxima de 80 km/h (que, a su vez, es la velocidad permitida) y vas a notar una gran diferencia.
