El ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, deslizó el 11 de mayo la posibilidad de incrementar el precio del Gas Natural Comprimido (GNC) -mediante el cual se propulsan 1,75 millones de autos en la Argentina y da empleo a 15 mil personas de forma directa- hasta un valor similar a la nafta. Mientras, en otras ciudades de la región, como la colombiana Cartagena de Indias, están produciendo un vuelco fuerte hacia ese combustible por motivos económicos y ambientales.
La ciudad, declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), eligió a Scania como proveedor exclusivo para dos líneas troncales de la denominada red “Transcaribe” (algo así como un Metrobus pero que permite la conexión con otros sistemas de transporte mediante un boleto único, y con vehículos articulados que utilizan combustibles alternativos).
De esa manera, la marca de origen sueco comenzó a entregar, desde el año pasado, 147 ómnibus a gas que cumplen con las normativas Euro 6. Además, la marca se ocupa de la posventa mediante contratos de reparación y mantenimiento, a lo que suma la financiación y la capacitación de los conductores.
El programa completo abarca la renovación de 1.600 colectivos tradicionales Euro 1 y Euro 2, por 658 buses articulados Euro 5 y Euro 6.
“Hace un año, podía tomar horas ir de un lugar de la ciudad a otro por el tránsito caótico. Ahora, ese viaje puede hacerse en minutos. Este sistema de transporte también ahorra dinero a los ciudadanos. Antes, muchos tenían que comprar motos para movilizarse. Eso ya no se ve tanto”, sostuvo el director de Transcaribe, Humberto Ripoll Durango.
Cartagena de Indias es un referente regional en relación a la solución de problemas de tránsito y ambientales. La ciudad fue fundada en 1533 y posee una arquitectura colonial cuidada, con un fuerte en buenas condiciones de conservación.