El sector de transporte opera en un contexto económico abiertamente recesivo y con fuertes caídas en los volúmenes transportados en el consumo masivo, la industria y la construcción, entre otros corredores.
En una economía que muestra claros signos de estanflación, continúa de manera significativa, el aumento de costos, reflejando un incremento del 3.1% en enero, a pesar de que el combustible había tenido una leve baja durante el mes.
Esta tendencia, según marca el Índice de Costos de enero que elaboró la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC, se repite desde julio 2018, mes en el que se produjo la mayor devaluación del año y los principales insumos se dispararon casi un 40%.
“Con el incremento de enero, la variación de los costos en los últimos doce meses superó el 62%”
En términos generales, el incremento de enero se produce a pesar de baja del combustible (-1.04%), pero en un contexto de fuertes aumentos en las patentes (49.5%), en el costo financiero (35.1 %) y en los peajes (12.6 %).
Por otra parte, se destaca el impacto en los costos de personal (3.41%) por tener en cuenta la segunda cuota de la asignación no remunerativa (Decreto PEN 1043/18). Los gastos generales treparon un 9.77 %.
Según los cálculos de FADEEAC, el precio del combustible debería ubicarse al menos un 10% por debajo de los actuales precios si se tiene en cuenta los valores de equilibrio en el mercado interno.
El desmedido e injustificado encarecimiento nominal y relativo del combustible, de las mayores presiones salariales, del descomunal ajuste del dólar y del resto de los rubros componentes en general, ponen en riesgo el desarrollo y la competitividad del sector.