La automatización del transporte por carretera ahorrará costos, reducirá emisiones contaminantes y mejorará la seguridad en las rutas. Sin embargo, los camiones autónomos podrían reducir la demanda de conductores entre un 50% y un 70% antes de 2030 (que representa hasta unos 4,4 millones de puestos de trabajo menos), sólo en Europa y Estados Unidos, según un informe conjunto del Foro Internacional de Transporte (ITF) -un organismo integrado por 57 gobiernos, incluida la Argentina-; la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (que representa a 700 sindicatos y 4,5 millones de empleados); la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA); y la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), que reúne a cámaras empresarias más de 100 países.
En atención a la gravedad de los riesgos, el texto sugiere que “los gobiernos deben reflexionar sobre la gestión de la transición” hacia ese tipo de vehículos para evitar los trastornos sociales provocados “por la pérdida de empleos”.
La mayoría de las marcas de vehículos comerciales están desarrollando esa tecnología con grandes resultados. Incluso, algunos vehículos están siendo utilizados en ambientes controlados, como yacimientos mineros.
El Foro aconsejó instaurar un consejo asesor que oriente acerca de cuestiones laborales, considerar un sistema de permisos temporales para gestionar el ritmo de adopción de esa tecnología, establecer estándares y normas de tránsito internacionales, y continuar con los proyectos piloto.